El domingo 25 de julio en la mañana, después de 4 meses de espera las autoridades ambientales lograron el traslado del árbol más grande y más antiguo de la capital colombiana. Se trata del caucho sabanero más antiguo de la ciudad, que estuvo en este lugar durante los últimos 90 años. , un gigantesco árbol que mide 25 metros de alto y pesa más de 150 toneladas fue removido de su lugar en la calle 75 con carrera séptima en pleno centro de la capital colombiana, para ser trasladado a 15 metros del sitio.
Según las autoridades ambientales, esta es la primera vez en Latinoamérica que se realiza este tipo de operaciones para trasladar un gigantesco árbol, y es el cuarto más grande del mundo que se mueve de su lugar.
Un largo proceso
Las labores se habían iniciado desde hace 4 meses luego de que una firma constructora adquiriera los terrenos para construir allí una nueva edificación. No obstante, los vecinos que viven cerca de la zona manifestaron su inconformismo con el proceso, y presentaron una querella ante un juzgado civil para impedir el traslado, argumentando que el árbol era patrimonio de la ciudad. Pese al compromiso que habían hecho los constructores de preservar el árbol y trasladarlo a un sitio cercano para mantenerlo con vida, las autoridades ambientales decidieron suspender de manera indefinida el proceso hasta tanto no hubiese un consenso entre el consorcio y la comunidad demandante.
Sin embargo, la semana anterior las dos partes llegaron a un acuerdo para reiniciar el traslado, considerando que el árbol se encontraba en deterioro y que sus gigantescas ramas podrían desprenderse, poniendo en riesgo a las personas que circularan cerca al lugar. Fue así como se dio inicio al traslado del caucho sabanero.
La constructora 075, el Jardín Botánico y la Secretaría Distrital del Medio Ambiente crearon una comitiva ambiental encargada supervisar el procedimiento que comenzó con una poda fitosanitaria de las ramas más deterioradas que estaban ubicadas en la parte más alta del árbol. Además durante tres días se aplicaron fungicidas e inyecciones presurizadas con nutrientes para mejorar su imponente estructura.
Trabajo arduo y complejo
El domingo 25 de julio, desde las 6 de la mañana, más de 30 operarios de la firma Tecnipodas iniciaron el procedimiento para trasladar el árbol a 15 metros de su lugar habitual. Para esto se requirió de una sofisticada maquinaria compuesta por tres grandes grúas, las cuales sujetaron la estructura con ganchos especiales para levantarla y mantenerla a 3 metros de alto.
Las raíces del caucho sabanero han sido protegidas y cubiertas por una lona especial y cables de acero. Este tipo de procedimientos es bastante delicado, ya que se corre el riesgo de que la estructura del árbol se agriete y comience a desbaratarse.
Para efectuar el proceso, las autoridades de tránsito y transporte tuvieron que autorizar el cierre de la carrera séptima a la altura de la calle 75, lo que interrumpió por varias horas la tradicional ciclovía en la que cientos de personas que salen a hacer ejercicio, además de afectar la circulación de los vehículos que se vieron obligados a buscar vías alternas para evitar la congestión que generó el suceso.
Finalmente, y luego de más de 10 horas de arduo trabajo, el caucho sabanero, el árbol de más de 90 años de antigüedad, el más antiguo de los árboles en la ciudad y el cuarto árbol más grande del mundo en ser movido de su lugar, fue trasladado y colocado a 15 metros de su antiguo sitio, donde permanecerá desde hoy.
Según los ingenieros que se encargaron de llevar a cabo con éxito el proceso, el caucho sabanero necesita un seguimiento por parte de las autoridades ambientales, las cuales deberán garantizar su cuidado y preservación ante lo cual la constructora se comprometió en invertir cerca de 300 millones de pesos colombianos para proteger y salvar la vida del árbol centenario.
En horas de la noche fue reabierto el paso en la carrera séptima y a partir de la próxima semana comenzará en el lugar la construcción de un moderno edificio de 8 pisos que servirá como centro de negocios para varias empresas de la capital, sin afectar el hábitat del legendario e imponente caucho sabanero que seguirá teniendo una larga vida.
1 comentario:
Así se debería hacer con cada árbol o cualquier planta por más pequeña o grande que sea cuando se necesite el espacio que ocupa, recordemos que que la naturaleza da su vida por nosotros los humanos y hay que agradecercelo.
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